Francisco tenía una empresa de aberturas en San Miguel pero la tuvo que cerrar porque durante la pandemia no podía ingresar a las casas particulares para trabajar. En ese momento se le ocurrió una idea para reinventarse: vender espejos. Esta es la historia de Vidrios Francisco. 

Vidrios Francisco empezó en mayo del 2020, dos meses después de cerrar la empresa anterior. Francisco pensó en un negocio que no implicara ingresar a ninguna casa. El espejo les permitía entregarlo con el mínimo contacto posible y seguir trabajando. 

Es una empresa familiar: primero contrataron hermanos, luego primos y cuñados. Cada nuevo empleado recomendaba a otro y hoy ya son más de 30 personas. Trabajan por turnos, desde las 6 de la mañana hasta las 10 de la noche, en su fábrica y showroom de San Miguel, Buenos Aires.

Hoy estiman que 1 de cada 10 espejos que se vende en Argentina se fabrica en su planta! Y por día llegan a producir hasta 300 espejos, entre otros productos de decoración. 

Desde el inicio eligieron a Mercado Pago cómo único método de cobro para sus ventas. Se trata de un sistema ágil que le piden, incluso, los clientes: no es lo mismo hacer una operación desde Mercado Pago que desde un banco. La venta es más rápida y segura.

Por otro lado, las herramientas bancarias se usan solo para operaciones internas, como el pago de sueldos y a proveedores, pero en el showroom cobran con Point, las camionetas de entregas tienen QR y a los clientes del resto del país les envían un link de pago.

Para digitalizar el nuevo negocio tuvieron que capacitarse y asesorarse porque las personas tenían que confiar en ellos antes de comprarles. En Instagram son una especie de éxito. Que famosos e influencers los sigan ayuda también a legitimar la marca y darles difusión.

Para el futuro quieren mantener lo que lograron. Lo definen así: es trabajo y es un montón. Esperan seguir como están porque eso va a hacer que la gente que los acompañó hasta hoy pueda seguir con ellos y tener más y mejor trabajo.